
Todo comenzó hace un año, sin saber muy bien por qué necesitaba salir de Granada, vivir nuevas experiencias, conocer gente nueva, así que sin pensarlo demasiado solicité la beca erasmus. Para mi el destino era lo de menos, por supuesto uno de mis principales objetivos era aprender inglés, pero simplemente quería irme…
Después de un par de meses sin saber donde acabaría por fin nos adjudicaron las plazas… y mi destino fue Glasgow! Mi destino me encantaba, siempre había oído lo bonita que era Escocia, y lo encantadores que eran los scottish, y la verdad es que no me engañaron.
Pronto se fue acercando el momento de irme, y entonces empecé a sentir algo extraño, ya tenía que preparar las maletas, despedirme de mis amigos, de mi familia, y dejar atrás cosas que sabía que echaría de menos, pero por otro lado sentía curiosidad por saber que me esperaría en Glasgow, que amigos tendría, como sería la universidad, si entendería el inglés…y no se, toda esa incertidumbre era lo que me atraía, pero claro, a la vez me asustaba.
Ya llegó la hora, la aventura comenzaba, y no había vuelta atrás, yo soy de las que acaban las cosas una vez que las empiezan… y así partí hacia Glasgow el 23 de septiembre. La despedida fue dura, muy dura diría yo, me iba a Glasgow, sola, completamente sola, y ni siquiera sabía donde iba a dormir esa misma noche, porque ni siquiera tenía piso, ni residencia, ni nada, era una “homeless” y encima en un país extraño. Ese día me tenía que recoger un tal Josep, en Buchanan Street (calle que en mi vida había oído), la incertidumbre era absoluta, imaginaros, yo sola en un aeropuerto y sin saber a donde ir; bueno sabiendo a donde ir, pero no como llegar. La única solución fue coger un taxi y decirle al taxista: quiero ir a Buchanan Street… con un inglés bastante elemental pero el hombre me entendió, y pensé bien! Seguro que llego, pero a los 5 minutos conduciendo el hombre me empezó a decir algo que no entendía demasiado bien, tras 4 repeticiones conseguí entender algo así como que no me podía llevar a esa calle, porque era peatonal; bueno casi me muero, si no me llevaba a esa calle estaba perdida, ¿cómo encontraría a Josep?
Al final me hice amiga del taxista y todo, la típica pregunta cuando ven a un extranjero: Ohh, where are you from?... Spain… Ohhh!! Spain, very beautiful, nice weather and good food!! Todo el mundo está de acuerdo con eso, en España tenemos fama por nuestro buen tiempo y la buena comida, que por cierto no sabéis lo que se echa de menos hasta que no se tiene! Con lo bueno que está el jamón serrano, el queso curao o el Cola-Cao.. y aquí no lo tienen!!! Bueno que me lío, esto viene a cuento de que el taxista al final se portó bien conmigo y me dejó muy cerquita de la calle a la que quería ir, y así me encontré con Josep.
Josep es un valenciano al que ni siquiera conocía, sí, como leéis, había quedado en Glasgow con un chico que no conocía de nada, pero me ofreció su piso para quedarme allí mientras encontraba yo uno para vivir… toda una aventura!
Con Josep contacté a través de un escocés que mi padre conoció en Granada…pero esa es una historia muy larga, que tampoco viene a cuento ahora.
Así que nada, me fui con Josep a su piso que compartía con otro chico también español, imaginaros la situación, yo sola en un piso con dos tíos a los que no conocía de nada, al menos me quedaba el consuelo de que hablábamos en el mismo idioma jaja, podría haber sido mucho peor!
La verdad que me trataron súper bien, como si me conocieran de toda la vida, incluso me dieron una llave del piso para que entrara y saliera cuando quisiera.
Y esa misma noche ya me sacaron de fiestecilla, para que me fuera adaptando al rollo erasmus jeje.
Mientras que estuve con estos chicos lo pasé genial, siempre les estaré agradecida por haberme acogido en su piso y haberme tratado tan bien como lo hicieron…
… después de todo el comienzo de mi aventura no fue tan malo.
Silvia Germán Sanz
Una erasmus en Glasgow
Con Josep contacté a través de un escocés que mi padre conoció en Granada…pero esa es una historia muy larga, que tampoco viene a cuento ahora.
Así que nada, me fui con Josep a su piso que compartía con otro chico también español, imaginaros la situación, yo sola en un piso con dos tíos a los que no conocía de nada, al menos me quedaba el consuelo de que hablábamos en el mismo idioma jaja, podría haber sido mucho peor!
La verdad que me trataron súper bien, como si me conocieran de toda la vida, incluso me dieron una llave del piso para que entrara y saliera cuando quisiera.
Y esa misma noche ya me sacaron de fiestecilla, para que me fuera adaptando al rollo erasmus jeje.
Mientras que estuve con estos chicos lo pasé genial, siempre les estaré agradecida por haberme acogido en su piso y haberme tratado tan bien como lo hicieron…
… después de todo el comienzo de mi aventura no fue tan malo.
Silvia Germán Sanz
Una erasmus en Glasgow
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