No se como decirtelo. Seguramente lo haces por mi bien, pero no puedo evitar sentirme raro, molesto, mal. Me regalaste la pelota cuando apenas empezaba a andar.Aun no iba a la escuela cuando me apuntaste al equipo.
Me gustaba entrenar durante la semana, bromear con los compañeros y jugar los sabados, como lo hacen los equipos grandes. Pero cuando vas a los partidos...nose! Ya no es como antes! Ahora no me das una palmada cuando terminas el partido, ni me invitas a tomar algo. Vas a la tribuna pensando que todos son enemigos, insultas a los arbitros, a los entrenadores, a los jugadores, a otros padres. ¿Porque has cambiado?. Creo que sufres y no lo entiendo
Me repites que soy el mejor, que los demas no valen ni para estar a mi lado, que quien diga lo contrario se equivoca, que solo vale ganar. Ese entrenador del que dices es un inepto, es mi amigo, el que me enseño a divertirme jugando. El chico que el otro dia salio en mi puesto, ¿te acuerdas? Si papa, aquel que estuviste toda la tarde criticando porque no sirve ni para llevarme el bolso, el mismo que esta mi clase.
Cuando lo vi el lunes, me dio verguenza. No quiero decepcionarte. A veces pienso que no tengo la suficiente calidad, que no llegare a ser profesional y a ganar millones como tu quieres. Me agobias, hasta he llegado a pensar en dejarlo, pero... ¡¡ Me gusta tanto !!
Papa, por favor, no me obligues a decirte que no quiero que vengas a verme jugar.
"Anonimo"
Buen relato, muy comun en los ultimos tiempos.
Espero que os haya gustado.
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